En enero del 2012, Patricia, de 14 años, tenía entre sus manos un
certificado de la culminación de sus siete primeros años de estudio en
la escuela 21 de Septiembre, ubicada en una comunidad del cantón Paján.
El pasado 12 de junio, en la sala de espera del área de Ginecología
del hospital Israel Quinteros Paredes, en este cantón, la adolescente ya
tenía entre sus manos el carné perinatal de quien será su primer hijo o
hija y que dará a luz a fines de julio. Lo concibió a los 13 años con
su esposo, Paúl, de 18 años, y quien como jornalero gana, cuando hay
trabajo, $ 50 semanales.
Los ojos de Patricia demostraban miedo y duda al preguntarle si
alguna vez recibió una charla sobre sexualidad. Pero no escondía su leve
sonrisa así como tampoco su voluminoso vientre de ocho meses de
gestación. “Todavía no sé qué será mi niño… yo lo tendré”, expresaba con
voz baja la joven.
Más abierta al diálogo, pero con un rostro de preocupación estaba
Sonia, de 13 años, pues entre sus brazos tenía a su pequeño de 3 meses
con bajo peso (no dijo cuánto). Mayra Zambrano, enfermera del hospital,
le advertía que si su bebé no seguía tratamiento podría tener
complicaciones. Por ello la joven, residente de la comunidad de La
Guayaba (a una hora del centro de Paján), buscaba ayuda en esa casa de
salud.
Según Zambrano, es casi normal ver en la semana hasta 10 adolescentes,
de entre 13 a 16 años, embarazadas o con hijos en brazos. Desde su punto
de vista no reciben educación básica en el aspecto sexual.
De acuerdo con estadísticas de los últimos cinco años que registra
este hospital, en Paján anualmente unas 1.090 madres quedan embarazadas y
de ese grupo el 45% son adolescentes. La estadística refleja que de
cada diez adolescentes, casi la mitad ya está en estado de gestación y
principalmente residen en comunidades alejadas de la ciudad.
Freddy Saldarreaga, director del hospital Israel Quinteros, indica
que estos datos llaman la atención y considera que más allá de un tema
de entrega de preservativos y de educación, es un tema cultural. En
muchos sectores rurales, alejados de la zona urbana, cuando las jóvenes
terminan la escuela deciden tener hijos.
Destaca que es importante que entre los jóvenes y la sociedad en sí,
no sea como normal o bien visto el hecho de que una adolescente quede en
estado de gestación en edades que van desde los 12 años, pues a más de
truncarse sus anhelos también pesa su condición de salud y la del ser
que lleva en su vientre.
El 12 de junio este hospital abrió con cinco camas el albergue-hogar
para que gestantes y puérperas (en días de dar a luz) que residen en
zonas alejadas, principalmente adolescentes, puedan quedarse los días
previos al parto y no arriesguen sus vidas ni la de los neonatos.
Saldarreaga expresa que durante el alojamiento temporal la madre
tendrá alimentación y cuidados y podrá recibir visitas. Lo que se busca
es que se reduzcan muertes de recién nacidos y hasta de la madre.
Alicia Aguilera, una de las huéspedes, dice que en el albergue-hogar hay madres que viven hasta a 3 horas de Paján.
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